28 Voy a reunirte con tus padres y serás recibido en paz en tu
sepulcro; y no verán tus ojos ninguno de los males que voy a traer sobre
este lugar y sus moradores.» Ellos llevaron la respuesta al rey.
29 Entonces el rey hizo reunir a todos los ancianos de Judá y de
Jerusalén.
30 Subió el rey a la Casa de Yahveh con todos los hombres de Judá y
los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y los levitas, y todo el
pueblo
desde el mayor hasta el menor, y leyó a sus oídos todas las
palabras del
libro de la alianza que había sido encontrado en la Casa de Yahveh.
31 Y puesto en pie junto a la columna, hizo el rey alianza en presencia
de Yahveh, para andar tras de Yahveh y guardar sus mandamientos, sus
testimonios y sus preceptos, con todo su corazón y con toda su alma,
cumpliendo las palabras de la alianza escritas en aquel libro.
32 Hizo que la aceptaran cuantos se hallaban en Jerusalén y en
Benjamín. Y los habitantes de Jerusalén hicieron conforme a la alianza de
Dios, el Dios de sus padres.
33 Josías hizo desaparecer todas las abominaciones de todas las
regiones de los israelitas, y obligó a todos los que se hallaban en Israel a
servir a Yahveh su Dios. Y mientras él vivió no se apartaron de Yahveh, el
Dios de sus padres.